Editorial Programa 15

23.05.2016

Los murciélagos son quizás los mamíferos menos populares en el mundo, debido a que existe hacia ellos una percepción y actitud negativa por parte de la ciudadanía, basada en creencias tradicionales, el folklore de ciertos pueblos, el producto de su asociación como vectores de enfermedades, por sus hábitos nocturnos, y porque algunas culturas, como los Mayas, los asociaban con la muerte y la oscuridad. A pesar de esta visión en general negativa, los murciélagos cumplen un rol ecológico y económico benéfico a nivel ecosistémico que gran parte de la ciudadanía desconoce. Por ejemplo, entregan servicios ecosistémicos al ser humano como controladores naturales de plagas de insectos, ahorrando a los agricultores el uso de pesticidas. Por otro lado, hay especies que se alimentan de frutas, contribuyendo a la dispersión de semillas y a la regeneración de los bosques en regiones tropicales y subtropicales, como también otras especies que se alimentan de néctar y polen de las flores, contribuyendo a la polinización de las plantas. También, se ha descrito que en algunas culturas de los pueblos amazónicos, los murciélagos se encuentran asociados con la fertilidad y fecundidad.

A pesar de la importancia señalada anteriormente, existen fuertes presiones sobre la biodiversidad a nivel mundial, principalmente asociadas al incremento de la población humana y los murciélagos no están exentos de sus consecuencias. En este sentido, los murciélagos son los mamíferos que más alarmantemente están declinando en número de especies y abundancia en todo el mundo, y en Latinoamérica enfrentan una altísimo nivel de destrucción de sus colonias, siendo además el grupo menos contemplado en programas de conservación. Hasta al año 2010, estas presiones sobre la biodiversidad han continuado, e incluso han aumentado. Por ello, la Convención sobre la Diversidad Biológica ha promovido, a través del Protocolo de Nagoya y sus Metas de Aichi (2010), abordar las causas subyacentes de la pérdida de la diversidad biológica mediante la incorporación de ésta en todos los ámbitos gubernamentales y de la sociedad (Objetivo estratégico A). Uno de los lineamientos propuestos por este objetivo es que, para el año 2020 a más tardar, las personas tendrán conciencia del valor de la diversidad biológica y de los pasos que pueden seguir para su conservación y uso sostenible.

Chile, al ser signatario de esta Convención, debe implementar políticas públicas acordes con los objetivos que persigue dicho acuerdo internacional a través del Ministerio del Medio Ambiente, y entre ellas garantizar la persistencia de especies de poblaciones saludables y viables de murciélagos en el país. En este sentido la Secretaría Regional Ministerial del Medio Ambiente de la Región Metropolitana de Santiago, ha publicado el libro “Murciélagos de la Región Metropolitana de Santiago, Chile” con el objetivo de ayudar a difundir la importancia de los murciélagos y contribuir a mejorar el conocimiento y percepción hacia estos mamíferos.

Se trata de un libro didáctico con bellas ilustraciones e información de las especies de murciélagos de la RM, algunas de las cuales también habitan en el bosque valdiviano como el Lasirius cinereus (murciélago gris) y el Lasirius varius (murciélago rojo acanelado).

El libro lo pueden bajar de la página web del Ministerio del Medio Ambiente http://portal.mma.gob.cl/